lunes, 10 de marzo de 2025

Cómo empezó todo...

Mientras las clases estaban llenas de niños y niñas aprendiendo, mientras los profesores estaban enseñando (y aprendiendo también), unas madres despistadas andaban por los pasillos del colegio. Yolanda y Sylvie iban buscando la salida por la izquierda y Sonia, Elena y Cristina por la derecha. 

Y en ese momento, empezaron las cinco a escuchar unas voces que venían de la otra ala del colegio. 
Ante esa algarabía, las cinco amigas se cogieron de la mano y decidieron cambiar de rumbo: en vez de salir del colegio, fueron a por las amas de llaves, Mª Jesús y Silvia, y cruzaron el puente que las llevaría a ese cuarto olvidado: la antigua biblioteca. 


A medida que se acercaban, escuchaban a más y más voces, versos de Antonio Machado, Rosalía De Castro, Mar Benegas y Gloria Fuertes, pasajes de Historia y enciclopedias de Naturaleza, teatro de Valle Inclán o Lope de Vega, una novela de Laforet, jóvenes en manos de Laura Gallego o Santiago García-Clairac, piratas, sirenas, animales que hablaban pidiendo salir. Sorprendidas, pero con mucha ilusión, cada vez iban sintiendo que iban a descubrir un lugar mágico, encantado y lleno de vida y ellas tenían la llave. 

Cuando abrieron aquella puerta entendieron que los libros estaban esperando a los niños y jóvenes del colegio San Ignacio de Loyola y que no había tiempo que perder. Les recibió el Quijote con un “Confiad en el tiempo”. Y entraron.


Los libros andaban por cualquier sitio, abiertos, y los personajes se estaban escapando. Sancho panza gritaba “cada oveja con su pareja”. Había que arreglar ese lugar antes de que se borraran las letras. En ese momento, decidieron ponerse manos a la obra, quedarían todas las semanas. Lo primero que harían sería limpiar, andaba Doña Piturra diciendo que había mucho polvo y que ella tenía “unos guantes elegantes”, pedirían libros nuevos, pondrían una alfombra de colores para sentarse a leer o escuchar cuentos, cojines a modo de barcos para navegar…hasta durante la pandemia. 

 


Todo eso pasó durante más de dos años entre octubre de 2019 y marzo de 2022 y por fin en abril de 2022 se abrieron las puertas como si fuera una fiesta, con gymkanas, cuentacuentos, carnets de lectores prestos a vivir la lectura como una aventura. 



Desde entonces, estas cinco madres nos damos cita con los lectores tres horas por semana y la biblioteca es ese espacio que ya todos conocen, visitan y cuidan. 


A menudo, sentimos que la biblioteca es como el zorro del Principito que nos susurra “Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres”. Y es que así es nuestra biblioteca, un lugar para leer pero sobre todo para soñar. Y, desde luego, así nos sentimos hoy, como en un sueño, recibiendo un premio por creer en leer. 


Gracias a todos de corazón: a las autoridades por esta iniciativa, al jurado por premiarnos, a la dirección del colegio y al profesorado por el apoyo, y por supuesto, a nuestros queridos lectores. Sin ellos, nada de esto habría existido.

 
Sylvie Riesco Bernier 
Discurso leído el día de la entrega del 
Reconocimiento a Madres Premio Cervantes Chico, Ciudad de Alcalá de Henares (Octubre de 2022).





Cómo empezó todo...

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